sábado, 17 de septiembre de 2016

“Suburbios”

Clowns

CAPITULO II
“Suburbios”
La ciudad comenzaba a sumergirse en un depresivo ir y venir de gente que quería llegar a sus casa después de una larga jornada de gastar su tiempo, al menos eso era lo que se percibía a simple vista pues en otros puntos el trabajo apenas comenzaba, un ejemplo claro era el departamento numero 123 ubicado en la calle Arteaga; en el cual una joven comenzaba a maquillarse lentamente, para después enfundarse en un vestido rojo completando el atuendo con unas medias de red bastante sexis, afuera la tormenta arreciaba golpeando con fuerza su ventana, cuando eso pasaba ella pensaba que la lluvia quería lavar la suciedad de la ciudad y quitar la mierda que se alojaba en su alma. Las ensoñaciones estaban por convencerla de no salir pues se sentía bastante a gusto con su café pero para su mala suerte el celular sonó, de mala gana lo contesto solo para escuchar que hacía rato que la esperaban, colgó y de un trago se empujó el café con coca-cola, se miró al espejo y su apariencia le convenció inclusive le pareció que se veía bastante sensual, ya lista y de buen humor busco el paraguas y su bolso donde metió la mano para corroborar que todo estuviera listo los condones estaban, el paquete de chicles, la cajetilla de cigarros, el encendedor, la tanga de repuesto, el vibrador y por supuesto su estampita del Anima Sola ya que creía ciegamente en ella pues le había cumplido muchos milagros, checo su reloj de pulsera se acercó a su altar  prendió una cera mientras rezaba un poco, beso la foto de su madre y después  rápidamente se percino; se quedó hincada por un momento, se levantó tomo el bolso y salió aprisa para tomar un taxi..

domingo, 4 de agosto de 2013

Clowns

CAPITULO I

“Llueve en la ciudad”


Los autos pasaban sin cesar salpicándolo todo a su paso, el semáforo estaba a punto de ponerse en rojo, ya marcaba el amarillo pero como es costumbre en México la mayoría de conductores aceleraban para evitar esperar los molestos dos minutos, pero pesar de que el semáforo ya estaba en rojo alguno automovilista siguieron avanzando hasta que por fin hicieron alto, en la cera recargado de una pequeña protección se encontraba un niño de aproximadamente 13 años cubriéndose con un viejo cartón de la lluvia, a su alrededor pasaban algunas gentes pero parecía que era invisible, a él esto no le molestaba, ya estaba acostumbrado a esto inclusive a ser escupido, ahí sentado miraba las ventanas de los automóviles envidiando la fortuna de algunos, aun así no se sentía del todo mal hasta que por azares del destino enfrente de él paso un niño de su edad de la mano del que parecía ser su padre, esto le hizo desesperar y soltar unas cuantas lágrimas, él se levantó y miro como la lluvia le comenzaba a escurrir por entre el cabello para después correr y empujar al chico hacia la carretera en ese momento se acercaba una camioneta 4x4 la cual impacto de lleno al joven dejándolo muerto en el pavimento, mientras que él payasito de crucero corría alejándose de la escena…

domingo, 28 de julio de 2013

Sussane
Después de deambular bastante rato por entre las callejuelas del centro, me encontraba fatigada y de bastante mal humor. Se suponía que este sería mi día, el día en que por fin disfrutaría de ser yo; pero después de tanto tiempo de estar reclusa en mi propio cuerpo creo que se me ha olvidado como se sonríe. Me pregunto, acaso alguien puede perder esa habilidad tan natural que poseemos por default, al parecer esta incógnita seria una más que tendría que almacenar en el subconsciente. En este momento tenia una preocupación más grande pues delante de mí se encontraba ese insulso pero asqueroso tipo, que con una sonrisa lasciva me tendía la mano para que lo saludara; me hice la occisa e intente pasar de largo pero el astutamente dijo mi sobrenombre:
– Susanne.
Yo me quede petrificada sintiendo como parte de mi autoestima se derrumbaba pues no me imaginaba que tendría que volver a escuchar ese nombre y si algún día pasaba esperaba que no fuera tan rápido, como pude puse buena cara, me detuve, gire y le tendí la mano, él retiro la suya de todas formas le dije:
-Hacia mucho que no te veía, no pensaba encontrarte por aquí.
Él con su tono sarcástico tan característico me escupió las siguientes palabras.
-Mujer soy un hombre de negocios viajo mucho así que no es raro que me veas por aquí, si en esta situación ves algo raro es que tu estés aquí, acaso no deberías estar calentando alguna cama en otro estado.
Con este par de frases yo me quede helada no supe que contestar solo baje la mirada y encogí los hombros, parecía que el disfrutaba de la situación tanto que volvió a dispararme una frase que termino por matar la poca dignidad que me quedaba.
-Esta noche si gustas puedes venir a verme, te aseguro que te daré una buena propina.
Con estas palabras deposito una tarjeta en mi mano y se alejo rápidamente hasta que se perdió entre la gente, mientras tanto yo me quede ahí mirando la tarjeta y pensando que nunca en mi vida había tratado con alguien tan triste hasta que empece a conocerme, tire la tarjeta y me aferre a mi sombrero para seguir caminando en busca de mi destino…

"Los demonios cavan su propia tumba"


Los demonios cavan su propia tumba

Las últimas farolas estaban por encenderse, la callejuela estaba parcialmente desierta probablemente por la tormenta que amenazaba con sacudir la ciudad, al parecer la vida nocturna hoy sería más discreta, pero en la vieja taberna “Los Demonios” esto parecía importarles poco pues estaba abierta como todas las noches, al entrar pude percibir el tan característico olor del local al cual todo parroquiano está más que acostumbrado pues aunque no lo parezca este mezcla de orines, cigarro y alcohol es característica de esta vieja parroquia del pecado. Tal vez muchos piensen que de especial tiene este olor y es comprensible pues en cualquier otra cantina encontraras la misma mezcla pero puedo asegurarles que la atmósfera de “Los demonios” es especial, tal vez porque exista algún otro elemento en ella pero eso no podría asegurarlo además cualquiera que se jacte de haber bebido aquí forzosamente recordara este olor.

Me acomode en mi rincón favorito era en la esquina izquierda casi a la altura de una pequeña ventana, ahí se encontraba una vieja mesa de mediados del siglo pasado recubierta de litros y litros de cerveza que a lo largo de los años se han acumulado en su superficie, seguramente yo había contribuido por lo menos con un par de litros a este barniz, aunque a decir verdad siempre recuerdo muy poco cuando entro a “Los demonios” por lo regular salgo ahogado en alcohol, inclusive un día desperté sobre esta misma mesa pero ese es otro cuento, me acomode en la silla y pedí un Tequila quería empezar la noche de manera decorosa, seguramente conforme las horas fueran avanzando  terminaría bebiendo alcohol de caña, pero por el momento podía pedir lo que quisiera, encendí un cigarro y me puse a contemplar a la “Remedios”, como siempre estaba rechula la condenada lástima que soy hombre de solo una mujer que si no, no se me escapaba, claro es un decir pues muy pudorosa que sea tampoco, por algo le dicen la “Remedios” pues según ella le arregla el alma al que sufre de amores.

-Gracias Chueco, no se te olvide hacerme la cuenta.

-Cómo crees mi capitán.

Agarre el caballito y me lo empuje de un trago. –Ya que calenté la boca tráete una botellita de Jerez.

-Como que hoy andas muy fino, pero que le voy a hacer.

-Apúrate hombre, que la noche es corta.

-No tardo mi Capitán.

A este cabrón se le ocurrió llamarme “capitán” desde el día en que me sentía pirata y todo por beber Ron, pinchi suerte hasta los gatos me ven de a igual, pero la neta es que no tengo broncas con el chuequito apelando a la verdad él siempre se ha portado cuate, él que si es un pinchi ojete es el “Diablo”, ese guey un día me saco a putazos nadamas por que le quite a la “Remedios” de encima a un manco que quería pasarse de lanza con ella, inclusive se puso digno diciendo que en su cantina estaban prohibidos los curas, y que le digo a chinga y desde cuando yo soy cura. Entonces el muy hijo de puta me contesta.

-Sabemos bien Manuelito que te metieron al monasterio por ahí en Guanajuato, por eso te escapaste y jalaste para la capital, así que si quieres volver a entrar no vuelvas a chingarme el negocio.

-Bueno mi diablito, todos tenemos cola que nos pisen, pero no es pa´ tanto, mira mejor nos calmamos y tan cuates como siempre, para que veas que no te tengo mala fe toma estas dos sorjuanas y por hoy no sabes más de mí.

-Pues ya que le hago Manuelito, tu eres de mis mejores clientes pero por el momento le vas llegando, pero cuando gustes pues le caes un rato la primera ronda va por la casa.
-Sale pues gracias.

Nunca me ha gustado que la gente sepa mucho de mí y este chango ya sabía bastante muchos dirán pues fácil nadamas no regresas por ahí y se resolvió el asunto pero es que este lugarcito como que tiene su chiste, como que te jala para seguir viniendo para ser más sinceros le agarras cariño. Por eso mismo hoy estoy aquí chupándome mi jerez pero como que ya fue mucho recordar mejor me engarroto aquí mientras avanza la noche pues como que hoy el ambiente no está muy festivo tal vez en un ratito empiece la música y el baile para ser honestos yo no bailo solo escucho y observo, pues aunque la “Remedios” es la que me gusta también te encuentras con otras fulanas de alto calibre que son dignas de ver como la “Dolores”, la “Violeta”, la “Lupe”, y la “Luciérnaga” también están otras cuantas que no tienen los arrestos necesarios para competirle a las mencionadas, no por nada las broncas siempre suceden por alguna de ellas, de vez en cuando le hablo a “Remedios” para que beba conmigo pero nadamas no me hallo  cuando pasa esto prefiero pagar la cuenta e irme temprano pues quiera o no, sé que le gusto y cuando el cuete se te sube los pantalones se  bajan y pues no podría hacerle eso a mí Consuelo pues la quiero.

El ambiente empieza a impregnarse de sudor y del vaho característico que uno despide cuando bebe pero hoy se puede apreciar un ligero vaporcillo por entre las mesas  seguramente debe ser por el frió  y aunque apenas pasan de las 11:00 ya varios conocidos se pueden ver por aquí, no  los conozco de nombre pero cuando frecuentas tanto un local reconoces la cara de los que cojean con el mismo pie que tú, algunos ya estamos medio servidos a pesar de que la noche es joven, los que llegan, pronto estarán igual o peor que nosotros, la música comienza a sonar cabe mencionar que esta es otra de las razones por la cual me encanta venir a “Los demonios” pues a lo largo de la noche puedes escuchar temas de Café Tacuba, Caifanes, Soda Estéreo, Héroes del Silencio, Fobia, La maldita, La renga, la Castañeda entre otras muchas bandas lo único que cambia de los temas originales es que todas las versiones son acústicas y esto les otorga un aire bastante distinguido inclusive melancólico tanto que se prestan para ser bailadas como si se tratara de un tango o algo por el estilo, y claro como en toda cantina mexicana que se jacte de serlo no pueden faltar los “clásicos” que si José Alfredo Jiménez y que luego Pedro Infante es decir el Mariachi y no es que me sienta muy conocedor pero el Mariachi es para los mexicanos como el agua para los peces pues por muy “Fresa”, Rockero o lo que te sientas cuando el alcohol te entra en el cuerpo  si no te sabes las canciones hasta las compones y cantas tan fuerte que tus berridos es escuchan hasta la otra esquina. Pero qué le vamos a hacer así es el mexicano fiestero y poco congruente.

Las parejas ya comienzan a verse en la pista por el momento se ven bastante tímidas como todas las noches pero en menos de una hora la mayoría de los comensales estarán intercambiando ese fluido viscoso que parece lava  aunque todos le llamamos baba seguramente de boca a boca, y los más escondidos compartirán otros tipo de fluidos de aroma tan penetrante que a eso de las 2 de la madrugada estaré sorbiendo una atmósfera
 viciada de aroma a mar  y mariscos creo que me explique o no?, La verdad a mí me da lo mismo quien se monta encima de quien pues para mi este lugar solo es algo así como mi cuartel general en contra de tristezas y melancolías, pues aunque parezca que yo soy uno más entre toda esta bola de desarrapados que buscan presas fáciles, yo busco bálsamos para el alma que anestesien los sentimientos; por que traer atravesada una pena en el alma es equivalente a llevar un trozo de infierno dentro, tal vez por eso bebo pues pienso que con el alcohol puedo apagar ese fuego, no crean que no me doy cuenta que esta solo es una excusa pero hasta la fecha no conozco a nadie que no oculte la cruz que carga. Pero pasando a cosas menos ficticias y mucho más vistosas es preciso que reconozca que la verdadera cura del infierno es “Remedios”, mi Remedios si esa que en este momento está colgada del pescuezo de ese viejo que desde este ángulo parece un perrito faldero de esos que aún viven bajo las faldas de su madre y aunque le esté mordiendo la oreja ella aun mira hacia aquí intentando convencerme de que algún día le conceda una pieza, pero mientras los demonios de las botellas me cieguen con su tufillo me mantendré con la guardia alta imaginándola entre claveles y rosas recostada en mi cama durmiendo con un brazo en mi pecho y el otro en la almohada, mientras que con los dedos le aparto el flequillo de la cara para llenarle de besos la boca ya ven que bonito es soñar, que precioso seria soñar libremente sin esa pena que es mi Consuelo así que prefiero seguir bebiendo.

 Seguramente después de un par de tragos más comenzare a soltar la lengua y medio mundo será mi amigo, a algunos fulanos les invitare una copa y a unos cuantos cerdos una botella completa es mi rutina, esta es mi vida y estos mis amigos de una noche que al igual que yo desatan sus bestias esas que solo se muestran con la aparición de la luna, me siento poderoso intocable pues lo tengo todo un Whisky, un cielo que me espera, un infierno que es mi reino y un lazarillo que será mi guía, hoy todo está bien así que el alcohol se siga derramando y que el cigarro se siga esparciendo pues las bestias tienen hambre y un poco de sed por eso tenemos que atragantarlas con unos trozos de alma.

El capitán se levantó de la silla tambaleo un poco y soltó una carcajada invito las copas, todos brindaban y gritaban capitán el los calmo y les invito a continuar bebiendo pronto el ambiente volvió a la normalidad, la única diferencia es que aquel hombre llamado Manuel no se volvió a derrumbar en su silla, si esa su compañera más fiel que noche tras noche lo sostenía para que no perdiera la poco dignidad que tenía, seguía de pie en la esquina de la cantina se le notaba mareado parecía que sonreía pero el viejo sombrero impedía  adivinar con certeza la expresión de su cansado rostro, lo único que se podría decir es que el atractivo capitán estaba más sombrío  que otras noches; poco a poco empezó a avanzar dando tumbos por el salón, a su paso retiraba a las parejas que se interponían en su camino, de sus labios escapaba una vieja canción que apenas si se distinguía, a cada paso su rostro se aclaraba hasta que llego al centro de la pista donde el calor bullía de entre todos los cuerpos que se magreaban con bastante enjundia, se acercó a una pareja y de un empujón tiro a un cerdo al suelo, se acomodó el sombrero descubriendo su rostro el cual estaba plagado de lágrimas, sonrió y dijo:

-Podría concederme esta pieza.

Remedios le extendió la mano, él la tomo delicadamente poso la otra en el talle de la muchacha y comenzó a guiarla entre las parejas, la pieza parecía extenderse  mientras que ella se acurrucaba en su pecho el cantaba despacito como si le estuviera pidiendo permiso, de sus susurros escapa lo siguiente:

Por la lejana montaña 
va cabalgando un jinete 
vaga sólito en el mundo 
y va deseando la muerte 

Lleva en su pecho una herida 
va con su alma destrozada 
quisiera perder la vida

Ella le abrazaba con más fuerza y él le sonreía pero las palabras entre ellos no fluían de pronto en sus rostros se adivinó un miedo pues la pieza terminaría y con ella todo se acabaría sin tiempo de más la música dejo de sonar el beso su mano y le dijo:

-Gracias por esta pieza ha sido lo que he esperado toda la vida.

-Podemos seguir bailando por que te me escurres como agua entre las manos.

Volvió a acomodarse el sombrero se giró sin verla y le dijo:

-Aquí he cavado mi tumba… Te amo.

A pesar del ruido se percibió un chasquido metálico entonces volvió a girar sobre sus talones inmediatamente después se escuchó una pequeña detonación y un rio de sangre mancho el vestido azul salpicando el sombrero negro la gente volteaba mientras otros corrían, nadie se atrevía a acercarse entonces el capitán comenzó a decir:

-Díganme que ven señores, acaso se les perdió algo o tal vez también quieren un plomazo sé que no a diario se puede observar a una bella dama manchada con su sangre pero díganme qué más quieren ver de ella si la mayoría pudo verle hasta las amígdalas, que ustedes no se conforman con nada, acaso se transformaran de cerdos a zopilotes, no espero su respuesta pues es muy sabido que a la mayoría de ustedes les faltan tanates pero si quieren ver algo podemos seguir disfrutando así que “Chueco” ponte “El jinete”, rápidamente la balada comenzó a sonar por las bocinas –ahora cabrones cantemos todos juntos:

Por la lejana montaña 
va cabalgando un jinete 
vaga solito en el mundo 
y va deseando la muerte 

Lleva en su pecho una herida 
va con su alma destrozada 
quisiera perder la vida 
y reunirse con su amada
-Más fuerte que no los escucho

La quería más que a su vida 
y la perdió para siempre 
por eso lleva una herida 
por eso busca la muerte 

Con su guitarra cantando 
se pasa noches enteras 
hombre y guitarra llorando 
a la luz de las estrellas 

Después se pierde en la noche 
y aunque la noche es muy bella 
él va pidiéndole a Dios 
que se lo lleve con ella 

La quería más que a su vida 
y la perdió para siempre 
por eso lleva una herida 
por eso busca la muerte.

A cada estrofa la voz de Manuel se volvía más rasposa hasta el punto que no se entendía lo que decía, mientras los demás le seguían a coro en la última estrofa el capitán rompió en llanto y se desplomo sobre sus rodillas todos los demás cantaban pero el ya en silencio se acercaba a Remedios como si fuera en penitencia le tomo las manos y miro su rostro desangelado, con mucho esfuerzo la levanto en brazos y fue abriéndose paso hasta salir de la cantina, todo el mundo estaba atónito entonces volvió a escucharse un disparo, la mayoría corrió hacia fuera del local para ver lo que ocurría el espectáculo era sobrecogedor pues bajo la lluvia el cuerpo de Remedio se encontraba mirando al cielo mientras que Manuel tenía una herida en el pecho que sangraba abundantemente todavía se encontraba de rodillas, los que se acercaron más pudieron escuchar que decía:

-Con que este es la muerte parece ser más fría que la soledad, Remedios espérame…

Sus labios se cerraron y se desplomo por completo  a estas alturas un círculo de personas se apretujaba contra ellos el ambiente era total silencio hasta que alguien se animó y por fin soltó la frase que todos querían escuchar:

-Brindemos que estas van por mi cuenta.


Toda la bola entro de nuevo a la cantina dejando a los dos cadáveres uno al lado del otro como si de dos amantes se tratara, dentro de la cantina se volvió a escuchar el jinete.