Los
demonios cavan su propia tumba
Las
últimas farolas estaban por encenderse, la callejuela estaba parcialmente
desierta probablemente por la tormenta que amenazaba con sacudir la ciudad, al
parecer la vida nocturna hoy sería más discreta, pero en la vieja taberna “Los
Demonios” esto parecía importarles poco pues estaba abierta como todas las
noches, al entrar pude percibir el tan característico olor del local al cual
todo parroquiano está más que acostumbrado pues aunque no lo parezca este
mezcla de orines, cigarro y alcohol es característica de esta vieja parroquia
del pecado. Tal vez muchos piensen que de especial tiene este olor y es
comprensible pues en cualquier otra cantina encontraras la misma mezcla pero
puedo asegurarles que la atmósfera de “Los demonios” es especial, tal vez
porque exista algún otro elemento en ella pero eso no podría asegurarlo además
cualquiera que se jacte de haber bebido aquí forzosamente recordara este olor.
Me
acomode en mi rincón favorito era en la esquina izquierda casi a la altura de
una pequeña ventana, ahí se encontraba una vieja mesa de mediados del siglo
pasado recubierta de litros y litros de cerveza que a lo largo de los años se
han acumulado en su superficie, seguramente yo había contribuido por lo menos
con un par de litros a este barniz, aunque a decir verdad siempre recuerdo muy
poco cuando entro a “Los demonios” por lo regular salgo ahogado en alcohol,
inclusive un día desperté sobre esta misma mesa pero ese es otro cuento, me
acomode en la silla y pedí un Tequila quería empezar la noche de manera
decorosa, seguramente conforme las horas fueran avanzando terminaría bebiendo alcohol de caña, pero por
el momento podía pedir lo que quisiera, encendí un cigarro y me puse a
contemplar a la “Remedios”, como siempre estaba rechula la condenada lástima
que soy hombre de solo una mujer que si no, no se me escapaba, claro es un
decir pues muy pudorosa que sea tampoco, por algo le dicen la “Remedios” pues
según ella le arregla el alma al que sufre de amores.
-Gracias
Chueco, no se te olvide hacerme la cuenta.
-Cómo
crees mi capitán.
Agarre
el caballito y me lo empuje de un trago. –Ya que calenté la boca tráete una botellita
de Jerez.
-Como
que hoy andas muy fino, pero que le voy a hacer.
-Apúrate
hombre, que la noche es corta.
-No
tardo mi Capitán.
A
este cabrón se le ocurrió llamarme “capitán” desde el día en que me sentía
pirata y todo por beber Ron, pinchi suerte hasta los gatos me ven de a igual,
pero la neta es que no tengo broncas con el chuequito apelando a la verdad él
siempre se ha portado cuate, él que si es un pinchi ojete es el “Diablo”, ese
guey un día me saco a putazos nadamas por que le quite a la “Remedios” de
encima a un manco que quería pasarse de lanza con ella, inclusive se puso digno
diciendo que en su cantina estaban prohibidos los curas, y que le digo a chinga
y desde cuando yo soy cura. Entonces el muy hijo de puta me contesta.
-Sabemos
bien Manuelito que te metieron al monasterio por ahí en Guanajuato, por eso te
escapaste y jalaste para la capital, así que si quieres volver a entrar no
vuelvas a chingarme el negocio.
-Bueno
mi diablito, todos tenemos cola que nos pisen, pero no es pa´ tanto, mira mejor
nos calmamos y tan cuates como siempre, para que veas que no te tengo mala fe
toma estas dos sorjuanas y por hoy no sabes más de mí.
-Pues
ya que le hago Manuelito, tu eres de mis mejores clientes pero por el momento
le vas llegando, pero cuando gustes pues le caes un rato la primera ronda va
por la casa.
-Sale
pues gracias.
Nunca
me ha gustado que la gente sepa mucho de mí y este chango ya sabía bastante
muchos dirán pues fácil nadamas no regresas por ahí y se resolvió el asunto
pero es que este lugarcito como que tiene su chiste, como que te jala para
seguir viniendo para ser más sinceros le agarras cariño. Por eso mismo hoy
estoy aquí chupándome mi jerez pero como que ya fue mucho recordar mejor me
engarroto aquí mientras avanza la noche pues como que hoy el ambiente no está
muy festivo tal vez en un ratito empiece la música y el baile para ser honestos
yo no bailo solo escucho y observo, pues aunque la “Remedios” es la que me
gusta también te encuentras con otras fulanas de alto calibre que son dignas de
ver como la “Dolores”, la “Violeta”, la “Lupe”, y la “Luciérnaga” también están
otras cuantas que no tienen los arrestos necesarios para competirle a las
mencionadas, no por nada las broncas siempre suceden por alguna de ellas, de
vez en cuando le hablo a “Remedios” para que beba conmigo pero nadamas no me hallo cuando pasa esto prefiero pagar la cuenta e irme temprano pues quiera o
no, sé que le gusto y cuando el cuete se te sube los pantalones se bajan y pues no podría hacerle eso a mí Consuelo
pues la quiero.
El
ambiente empieza a impregnarse de sudor y del vaho característico que uno
despide cuando bebe pero hoy se puede apreciar un ligero vaporcillo por entre
las mesas seguramente debe ser por el frió y aunque apenas pasan de las 11:00 ya varios conocidos se pueden ver por
aquí, no los conozco de nombre pero
cuando frecuentas tanto un local reconoces la cara de los que cojean con el
mismo pie que tú, algunos ya estamos medio servidos a pesar de que la noche es joven,
los que llegan, pronto estarán igual o peor que nosotros, la música comienza a
sonar cabe mencionar que esta es otra de las razones por la cual me encanta
venir a “Los demonios” pues a lo largo de la noche puedes escuchar temas de
Café Tacuba, Caifanes, Soda Estéreo, Héroes del Silencio, Fobia, La maldita, La
renga, la Castañeda entre otras muchas bandas lo único que cambia de los temas
originales es que todas las versiones son acústicas y esto les otorga un aire
bastante distinguido inclusive melancólico tanto que se prestan para ser
bailadas como si se tratara de un tango o algo por el estilo, y claro como en
toda cantina mexicana que se jacte de serlo no pueden faltar los “clásicos” que
si José Alfredo Jiménez y que luego Pedro Infante es decir el Mariachi y no es
que me sienta muy conocedor pero el Mariachi es para los mexicanos como el agua
para los peces pues por muy “Fresa”, Rockero o lo que te sientas cuando el
alcohol te entra en el cuerpo si no te
sabes las canciones hasta las compones y cantas tan fuerte que tus berridos es
escuchan hasta la otra esquina. Pero qué le vamos a hacer así es el mexicano
fiestero y poco congruente.
Las
parejas ya comienzan a verse en la pista por el momento se ven bastante tímidas
como todas las noches pero en menos de una hora la mayoría de los comensales
estarán intercambiando ese fluido viscoso que parece lava aunque todos le llamamos baba seguramente de
boca a boca, y los más escondidos compartirán otros tipo de fluidos de aroma
tan penetrante que a eso de las 2 de la madrugada estaré sorbiendo una atmósfera
viciada de aroma a mar y
mariscos creo que me explique o no?, La verdad a mí me da lo mismo quien se monta
encima de quien pues para mi este lugar solo es algo así como mi cuartel
general en contra de tristezas y melancolías, pues aunque parezca que yo soy
uno más entre toda esta bola de desarrapados que buscan presas fáciles, yo busco
bálsamos para el alma que anestesien los sentimientos; por que traer atravesada
una pena en el alma es equivalente a llevar un trozo de infierno dentro, tal
vez por eso bebo pues pienso que con el alcohol puedo apagar ese fuego, no
crean que no me doy cuenta que esta solo es una excusa pero hasta la fecha no
conozco a nadie que no oculte la cruz que carga. Pero pasando a cosas menos
ficticias y mucho más vistosas es preciso que reconozca que la verdadera cura
del infierno es “Remedios”, mi Remedios si esa que en este momento está colgada
del pescuezo de ese viejo que desde este ángulo parece un perrito faldero de
esos que aún viven bajo las faldas de su madre y aunque le esté mordiendo la
oreja ella aun mira hacia aquí intentando convencerme de que algún día le
conceda una pieza, pero mientras los demonios de las botellas me cieguen con su
tufillo me mantendré con la guardia alta imaginándola entre claveles y rosas
recostada en mi cama durmiendo con un brazo en mi pecho y el otro en la
almohada, mientras que con los dedos le aparto el flequillo de la cara para
llenarle de besos la boca ya ven que bonito es soñar, que precioso seria soñar
libremente sin esa pena que es mi Consuelo así que prefiero seguir bebiendo.
Seguramente después de un par de tragos más comenzare
a soltar la lengua y medio mundo será mi amigo, a algunos fulanos les invitare
una copa y a unos cuantos cerdos una botella completa es mi rutina, esta es mi
vida y estos mis amigos de una noche que al igual que yo desatan sus bestias
esas que solo se muestran con la aparición de la luna, me siento poderoso
intocable pues lo tengo todo un Whisky, un cielo que me espera, un infierno que
es mi reino y un lazarillo que será mi guía, hoy todo está bien así que el
alcohol se siga derramando y que el cigarro se siga esparciendo pues las
bestias tienen hambre y un poco de sed por eso tenemos que atragantarlas con
unos trozos de alma.
El
capitán se levantó de la silla tambaleo un poco y soltó una carcajada invito
las copas, todos brindaban y gritaban capitán el los calmo y les invito a
continuar bebiendo pronto el ambiente volvió a la normalidad, la única
diferencia es que aquel hombre llamado Manuel no se volvió a derrumbar en su
silla, si esa su compañera más fiel que noche tras noche lo sostenía para que
no perdiera la poco dignidad que tenía, seguía de pie en la esquina de la
cantina se le notaba mareado parecía que sonreía pero el viejo sombrero
impedía adivinar con certeza la
expresión de su cansado rostro, lo único que se podría decir es que el
atractivo capitán estaba más sombrío que
otras noches; poco a poco empezó a avanzar dando tumbos por el salón, a su paso
retiraba a las parejas que se interponían en su camino, de sus labios escapaba
una vieja canción que apenas si se distinguía, a cada paso su rostro se
aclaraba hasta que llego al centro de la pista donde el calor bullía de entre
todos los cuerpos que se magreaban con bastante enjundia, se acercó a una
pareja y de un empujón tiro a un cerdo al suelo, se acomodó el sombrero
descubriendo su rostro el cual estaba plagado de lágrimas, sonrió y dijo:
-Podría
concederme esta pieza.
Remedios le
extendió la mano, él la tomo delicadamente poso la otra en el talle de la
muchacha y comenzó a guiarla entre las parejas, la pieza parecía
extenderse mientras que ella se
acurrucaba en su pecho el cantaba despacito como si le estuviera pidiendo
permiso, de sus susurros escapa lo siguiente:
Por la lejana montaña
va cabalgando un jinete
vaga sólito en el mundo
y va deseando la muerte
Lleva en su pecho una herida
va con su alma destrozada
quisiera perder la vida…
Ella
le abrazaba con más fuerza y él le sonreía pero las palabras entre ellos no
fluían de pronto en sus rostros se adivinó un miedo pues la pieza terminaría y
con ella todo se acabaría sin tiempo de más la música dejo de sonar el beso su
mano y le dijo:
-Gracias
por esta pieza ha sido lo que he esperado toda la vida.
-Podemos
seguir bailando por que te me escurres como agua entre las manos.
Volvió
a acomodarse el sombrero se giró sin verla y le dijo:
-Aquí
he cavado mi tumba… Te amo.
A
pesar del ruido se percibió un chasquido metálico entonces volvió a girar sobre
sus talones inmediatamente después se escuchó una pequeña detonación y un rio
de sangre mancho el vestido azul salpicando el sombrero negro la gente volteaba
mientras otros corrían, nadie se atrevía a acercarse entonces el capitán
comenzó a decir:
-Díganme que ven señores, acaso se les perdió algo o tal vez
también quieren un plomazo sé que no a diario se puede observar a una bella
dama manchada con su sangre pero díganme qué más quieren ver de ella si la
mayoría pudo verle hasta las amígdalas, que ustedes no se conforman con nada,
acaso se transformaran de cerdos a zopilotes, no espero su respuesta pues es
muy sabido que a la mayoría de ustedes les faltan tanates pero si quieren ver
algo podemos seguir disfrutando así que “Chueco” ponte “El jinete”, rápidamente
la balada comenzó a sonar por las bocinas –ahora cabrones cantemos todos
juntos:
Por la lejana montaña
va cabalgando un jinete
vaga solito en el mundo
y va deseando la muerte
Lleva en su pecho una herida
va con su alma destrozada
quisiera perder la vida
y reunirse con su amada
-Más
fuerte que no los escucho
La quería más que a su vida
y la perdió para siempre
por eso lleva una herida
por eso busca la muerte
Con su guitarra cantando
se pasa noches enteras
hombre y guitarra llorando
a la luz de las estrellas
Después se pierde en la noche
y aunque la noche es muy bella
él va pidiéndole a Dios
que se lo lleve con ella
La quería más que a su vida
y la perdió para siempre
por eso lleva una herida
por eso busca la muerte.
A cada estrofa la voz de Manuel se volvía más
rasposa hasta el punto que no se entendía lo que decía, mientras los demás le
seguían a coro en la última estrofa el capitán rompió en llanto y se desplomo
sobre sus rodillas todos los demás cantaban pero el ya en silencio se acercaba
a Remedios como si fuera en penitencia le tomo las manos y miro su rostro
desangelado, con mucho esfuerzo la levanto en brazos y fue abriéndose paso
hasta salir de la cantina, todo el mundo estaba atónito entonces volvió a
escucharse un disparo, la mayoría corrió hacia fuera del local para ver lo que
ocurría el espectáculo era sobrecogedor pues bajo la lluvia el cuerpo de
Remedio se encontraba mirando al cielo mientras que Manuel tenía una herida en
el pecho que sangraba abundantemente todavía se encontraba de rodillas, los que
se acercaron más pudieron escuchar que decía:
-Con que este es la muerte parece ser más fría que la
soledad, Remedios espérame…
Sus labios se cerraron y se desplomo por completo a estas alturas un círculo de personas se
apretujaba contra ellos el ambiente era total silencio hasta que alguien se
animó y por fin soltó la frase que todos querían escuchar:
-Brindemos que estas van por mi cuenta.
Toda la bola entro de nuevo a la cantina dejando a los dos
cadáveres uno al lado del otro como si de dos amantes se tratara, dentro de la
cantina se volvió a escuchar el jinete.